Esta semana nos dejó Shirley Temple, la niña prodigio de los ricitos de oro de las películas norteamericanas de principios de los años 30.
En una de sus películas hay una escena que nos demuestra que para bailar, no hacen falta muchos recursos. Aquí una escalera, unos zapatos con los que bailar claqué, ritmo y ganas.
¿No os apetece viendo a Bill Bojangles subir y bajar las escaleras con tanto estilo hacer lo mismo? A Shirley, que lo intenta 2 minutos después de que Bill le diga «mira y aprende» no le sale nada mal.
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